EL SABER MATEMÁTICO
EN NIÑOS DE LA CALLE
Por: Sandra Milena Vanegas Vidal
Estudiante Ciclo Complementario
Escuela Normal de Copacabana
Énfasis en Matemáticas
Practicante del Patio
Ciudad Don Bosco es una institución que apoya
a los niños de la calle. Ellos asisten a un lugar
denominado “El Patio”, donde reciben alimentación
y protección, además de formación
humana y académica. La Escuela Normal de Copacabana
hace una intervención en aras de enriquecer tal
propósito formativo. Por ello algunas alumnas que
nos preparamos para ser maestras visitamos “El Patio”,
para enseñar lengua materna y matemáticas.
Las practicantes del área de matemáticas
–Nataly Gómez Müller y Sandra Milena
Vanegas- entendemos que los niños más que
memorizar conceptos o resolver algoritmos mecánicamente,
necesitan desarrollar su pensamiento lógico –
matemático, el cual requerirán para desenvolverse
en cualquier contexto social. No sirve de nada que estén
en capacidad de realizar una suma o una resta si no saben
hacer cuentas con dinero, por ejemplo. Es por ello que
atendiendo a uno de los principios de la escuela nueva,
las clases se preparan a partir de sus intereses y necesidades,
con la ayuda de actividades que, además de captar
su atención, vinculan el saber matemático
con situaciones reales y tangibles.
Con el diagnóstico realizado se observó
que son pocas las bases lógico - matemáticas
que poseen. Esto contrasta con la edad de muchos de ellos,
ya que adolescentes de 13 y 14 años que deberían
estar iniciando la etapa de operaciones formales, aún
no son capaces, por ejemplo, de hacer sumas y restas sencillas,
(lo que en el lenguaje matemático se denomina esquema
aditivo simple), que es propio del periodo preoperatorio.
Como éste son bastantes los aspectos que permiten
entender que los niños están en mora del
desarrollo de varias operaciones mentales como abstracción
e interpretación, las cuales guardan directa relación
con el pensamiento matemático, y de temas como
el sistema de numeración decimal.
Por esta razón nuestro primer objetivo en cuanto
al saber matemático fue la comprensión del
valor posicional de las cifras, tema que evidentemente
no había sido asimilado por muchos de los niños,
pero que era necesario para acceder a otras estructuras
más complejas.
Luego se trabajó el esquema aditivo simple, cuya
asimilación ha sido lenta, sobre todo si se entiende
que este tema maneja diferentes niveles de dificultad.
Por ejemplo: para ellos es mucho más fácil
resolver un problema con un esquema a + b = ? como ¿cuántos
caramelos tiene Daniel si tenía 12 y luego se ganó
17?, que uno como ¿cuántos caramelos le
regalaron a Daniel si tenía 24 y finalmente quedó
con 68? que corresponde al esquema a + ? = c.
Por tal motivo se hizo necesario proponer otro tipo de
actividades que los llevaran a resolver cuestiones cuyo
esquema fuese a + ? = c y ? + b = c, pero que no fueran
precisamente problemas como los anteriores.
Una de ellas consistió en la elaboración
de un Tangram: especie de rompecabezas que consta de siete
figuras geométricas (un cuadrado, un paralelogramo,
dos triángulos grandes, dos pequeños y uno
mediano), con las cuales se pueden formar muchas otras
figuras. Aunque este es un material comúnmente
utilizado para el desarrollo del pensamiento geométrico,
en este caso se le hicieron algunas modificaciones, de
tal manera que también fuera posible trabajar el
pensamiento numérico.
Inicialmente se les propuso el valor de 50 para uno de
los triángulos pequeños, y ellos comparando
su área con las demás figuras, dedujeron
los otros valores, ya que tales áreas eran proporcionales.
Así:
Una vez establecido el valor de cada
figura, se pudieron plantear preguntas que corresponden
a los diferentes tipos de esquema aditivo. Por ejemplo:
¿Qué fichas hacen falta
si se tiene una cuyo valor es 200, y el valor de las fichas
juntas es 350?
Nótese que el esquema propuesto
es a + ? = c. En este caso los niños pudieron poner
y quitar fichas hasta llegar a la respuesta por medio
del tanteo es decir que resolvieron por completación,
pero también se dieron cuenta que si quitaban del
total -350- una ficha de 200 obtendrían la respuesta,
lo que muestra que convirtieron el esquema a + ? = c en
el que para ellos era más sencillo: c – a
= ?, logrando despejar la incógnita que era lo
que se pretendía.
Actividades como la anterior nos llevan
a entender que para los niños lo tangible es fundamental.
No es posible el desarrollo de su pensamiento lógico
a partir de una enseñanza conductista, porque sus
niveles de concentración son muy bajos. Ellos necesitan
hacer actividades que les permitan manipular materiales
y centrar su atención no sólo en éstos,
sino en el aprendizaje que se busque con los mismos.
Es claro entonces, que la forma como
se planteen tales actividades y los objetivos que se pretendan
con ellas garantiza la adquisición del saber matemático.